sábado, 16 de julio de 2011

Más sobre el Par Biomagnético (P.B.)

El descubrimiento

Muchos investigadores han soportado en sus épocas el rechazo y la burla de quienes no alcanzaban a comprender sus teorías. Cualquier avance en las ciencias o las artes se ha tenido que enfrentar a opositores que rechazaban las nuevas ideas. Siempre ha sido así, sobre todo si la novedad se oponía a la "razón" del momento. Como ejemplo, los hermanos Wright empeñados en demostrar que podían hacer volar un objeto más pesado que el aire, cuando hasta el más tonto de la época "sabía" que eso era del todo imposible. Se oponía a la "razón". Einstein sufrió la misma incomprensión al exponer su Teoría de la Relatividad; ¿cómo se va a acortar el tiempo? Una hora será siempre una hora ¿no? Podríamos ver infinidad de ejemplos semejantes.

En relación con el biomagnetismo, nuestro ya conocido Dr. Goiz y su antecesor el Dr. Broeringmeyer, constataron que cuando se aplicaba el polo negativo de un imán en puntos específicos de la anatomía, la mitad derecha del cuerpo sufría un acortamiento o alargamiento que se reflejaba en la longitud de la pierna derecha en relación a la izquierda. El Dr. Broeringmeyer no fue más allá en su investigación y para él quedó como un fenómeno curioso sin más trascendencia aunque intuyó que pudiera tener aplicaciones médicas en el futuro.

Goiz retomó los trabajos de su antecesor y comprobó en su consulta de Méjico que sus enfermos diagnosticados de SIDA manifestaban siempre el mismo acortamiento en la pierna derecha cuando se aplicaba la cara negativa del imán a la zona de la glándula timo, situada bajo el esternón, en el punto medio de su longitud. Esta aplicación no producía sin embargo ningún efecto en la salud del enfermo. El Dr. Goiz continuó su trabajo pensando que, si existía un punto corporal que reaccionaba al polo negativo, con toda seguridad habría un punto de correspondencia que reaccionara al polo positivo. Esta idea le llevó a rastrear toda la anatomía del paciente hasta encontrar un lugar que, al aproximarle el polo sur-positivo de un imán, producía el emparejamiento de los pies del enfermo. Este segundo punto estaba situado en la proximidad del recto. Este fue el nacimiento del genial concepto de "par" biomagnético.

Para sorpresa del Dr. Goiz, aquel primer paciente aquejado de SIDA, una enfermedad tenida aún hoy por incurable, mejoró en pocos días y sus síntomas remitieron hasta desaparecer del todo. Esta experiencia se repitió al aplicar el par Timo-Recto a otros enfermos de SIDA, siempre con idénticos resultados. Los casos de esta enfermedad tratados con éxito por el Dr. Goiz en los pasados treinta años se cuentan por miles y nuestra "razón" nos lleva a preguntarnos: si esto es cierto ¿cómo es que no se ha divulgado este tratamiento para curar todo el SIDA del mundo? La respuesta está en la naturaleza humana y tendremos tiempo de hablar de ello.

A este primer par descubierto por el Dr. Goiz le siguieron otros muchos, más de 250 en la actualidad, cada uno de ellos aplicable a otras tantas patologías, incluidas diversos tipos de cáncer. Los resultados son tan espectaculares que cuesta imaginar cómo los pacientes no han pedido la beatificación y subida a los altares de este gran médico. Eso también tiene explicación en la naturaleza humana y hablaremos de ello al final.

Como ya dije en la primera parte, la incomprensión y dificultades que el Dr. Goiz encontró en los primeros intentos de divulgar su descubrimiento, unido a las amenazas de muerte que recibió, le llevaron a iniciar un lento pero efectivo trabajo en el que personalmente enseñó su técnica durante años y por todo el mundo a diversos profesionales de la sanidad, no solo a médicos sino también a cualquier persona que con unos conocimientos básicos de anatomía y fisiología estuviera capacitada para seguir sus cursos con aprovechamiento.

La aplicación

Voy a detallar ahora cómo se desarrolla una sesión normal de Par Biomagnético. Puede haber variaciones de un practicante a otro pero generalmente el paciente descansa boca arriba en una camilla, aunque puede realizarse en un sofá, una cama o incluso sentado en una silla. Permanece vestido pero con ropa ligera y calzado. El terapeuta se sitúa a los pies del enfermo y le toma por los talones con ambas manos levantando las piernas del paciente unos centímetros. Con anterioridad ha podido o no realizar una operación de normalización biomagnética, consistente en aplicar durante unos segundos una barra imantada de unos 15 centímetros de longitud sobre los ejes corporales que se cruzan un par de centímetros a la izquierda del esternón y a la altura del corazón. Esta maniobra re-equilibra la polarización de todas las células corporales. Su aplicación es opcional pero conveniente.

A continuación el terapeuta comprueba que los talones de los zapatos del enfermo se encuentran alineados, sin sobresalir uno con respecto al otro. En el caso de que al inicio hubiera alguna diferencia, bastaría con colocar un par de imanes en dos zonas concretas del cuerpo y automáticamente los talones estarían emparejados. Este par recibe el nombre de "Par Goiz".

El conocido como "rastreo" es la operación que consiste en localizar aquellos puntos del organismo que provocan un acortamiento o alargamiento de la pierna derecha con respecto de la izquierda, lo que indica la presencia de microorganismos patógenos o una disfunción de un órgano. Para ello el terapeuta comienza a nombrar los distintos pares biomagnéticos al tiempo que mueve ligeramente las piernas del paciente y  observa si se produce algún acortamiento o alargamiento de sus miembros. Como método alternativo, un ayudante del terapeuta puede ir colocando el polo negativo de un imán de al menos 1.000 gauss de potencia en los puntos anatómicos correspondientes a cada par. Cualquiera de estas dos formas es correcta y produce idénticos resultados.

En el caso de que, al nombrar un par, se aprecie alguna variación en la longitud de la pierna derecha, se colocaría el polo negativo en uno de los puntos del par y el positivo en su correspondiente pareja. Cada par está ligado a un microorganismo, sea virus, bacteria, hongo o parásito. También puede reflejar una disfunción orgánica no ligada a la presencia de microorganismo alguno.

Se continúa el rastreo de todos los pares, lo que puede llevar entre 20 y 40 minutos y una vez concluido se mantienen los imanes en su posición durante otros 20 minutos. Este tiempo basta para eliminar cualquier patógeno de los tejidos en que acostumbran a fijarse. Al concluir el periodo de aplicación, se retiran los imanes y se realiza un rastreo rápido que con toda probabilidad mostrara la desaparición de la causa de la enfermedad.

Esto es a grandes rasgos lo que el paciente experimentará durante la consulta. Su mejoría será progresiva, en algunos casos con manifestación inmediata de reducción de síntomas. En otros, la recuperación de la salud se irá presentado a lo largo de los siguientes días o semanas. El paciente puede precisar a veces una segunda o incluso una tercera sesión de Par Biomagnético pero en el 80% de los casos bastará con una sola.

Detrás de la aparente sencillez del método se esconde sin embargo una ciencia muy profunda, fruto de la tenaz investigación del Dr. Goiz durante más de treinta años. Su gran aportación a la medicina ha sido determinar que se precisa la relación entre dos o más microorganismos, sean virus, bacterias, hongos o parásitos, para que la enfermedad se manifieste. Un solo microorganismo no puede causar ninguna enfermedad. Esta regla explica de por sí el origen de muchas patologías.

Proyección de futuro

Al igual que la homeopatía o la acupuntura, esta medicina se fundamenta en la observación empírica. No participa por lo tanto del método científico. Esto sirve de justificación para que sea rechazada por la clase médica que no admite la existencia de aquello que no sigue las reglas metodológicas establecidas. Pero, al igual que la homeopatía y la acupuntura, el par biomagnético es efectivo y sus resultados innegables.

Como dije al principio, la naturaleza humana es muchas veces la causa de que descubrimientos como el del P.B. no tengan un rápida difusión. Para los terapeutas la técnica es demasiado sencilla, demasiado rápida, demasiado barata. Para los laboratorios significa la muerte de la gallina de los huevos de oro. La estructura que soporta toda la medicina actual podría venirse abajo si una terapia tan simple llegara a popularizarse.

Por otra parte, los pacientes están acostumbrados a ser sometidos a infinidad de pruebas diagnósticas, a padecer cirugías agresivas, a tener largas convalecencias, a soportar medicaciones intensivas y costosas, en definitiva, están convencidos de que es imprescindible sufrir para recuperar la salud. Mientras más caro sea un medicamento mejor debe ser, mientras más amargo más eficaz, mientras más efectos secundarios más adecuado. Los enfermos no alcanzan a entender que en la sencillez del P.B. pueda haber tanta efectividad. Choca con el concepto que desde niños adquirimos de la enfermedad y la curación. Viene del sufrimiento del primer purgante o de la primera inyección y esa concepción que liga la curación con la complejidad, el sufrimiento y la larga convalecencia, permanece en nosotros toda la vida. ¿Cómo podríamos a creer que en 20 minutos y con unos simples imanes, sin dolor ni molestia alguna, vamos a librarnos de una enfermedad infecciosa o de un tumor importante? Igual sucedió durante siglos con la homeopatía o con la acupuntura. Una agujitas o unas bolitas de azúcar no podían tener capacidad para curar y nos hemos negado a creerlo. La pervivencia de estas ciencias de la medicina es fruto de su eficacia pues en otro caso haría tiempo que habrían desaparecido como sucedió con la famosas e inútiles sangrías que se aplicaban en siglos pasados.

El mayor impedimento para que el par biomagnético llegue a ser tenido en cuenta como alternativa médica es que para los médicos es ruinoso. En primer lugar el enfermo se cura, y no solo de la enfermedad que le trajo a la consulta, sino de otras latentes que podrían manifestarse en el futuro. La "clientela" se reduce de forma drástica con una sola sesión. Por otra parte, hay que dedicar más tiempo a cada caso, a veces más de una hora. En ese tiempo un médico puede atender a varios enfermos que simplemente se llevan su receta y se van a casa a intentar curarse allí.

Si el médico dejara de recetar, los laboratorios le retirarían sus "complementos y atenciones". Por otra parte, el terapeuta se preguntará de qué han servido todos sus largos años de estudio, toda la experiencia acumulada, en buena parte simple expresión de fracasos en el tratamiento de enfermedades pretendidas "incurables" y que con el P.B. se curan en pocos minutos. Se resistirá a abandonar sus esquemas, sus herramientas, sus creencias forjadas en toda una vida. Entiendo que debe ser muy duro aceptar todo esto y el médico tiene que ser muy valiente y muy honesto para dar el paso necesario sabiendo que se enfrentará a todo el estamento médico. Malas perspectivas para el P.B. Por esta razón, Goiz, para evitar que su descubrimiento se perdiera, accedió a trasmitirlo a otros profesionales de la salud, no necesariamente médicos, y a hacerlo sobre todo en países donde las autoridades sanitarias estuvieran abiertas a la incorporación de técnicas alternativas. En la actualidad el P.B. es conocido en muchos países aunque no tanto como fuera de desea y cada día son más las personas que buscan su salud en esta maravillosa técnica. Espero que en los próximos años veamos la incorporación del P.B. en todos los centros de salud pero para ello será preciso que sea demandado por la sociedad y por los enfermos que tienen derecho a ser tratados con una técnica que ha demostrado ser al tiempo eficaz, rápida, innocua y económica.

5 comentarios:

  1. Muy interesante, pero los laboratorios, médicos y demás lucharán para que nos olvidemos de la técnica que explicas y que tan buenos resultados da.Con los laboratorios y con la cueva de Alí Babá nos hemos topado, Gonzalo. De lo que dices es fácil deducir , una vez más,que por dónde el mundo avanza ( no progresa ) es por la vía del hipercapitalismo y no por la del bienestar de la humanidad aunque intenten que comulguemos con sus ruedas de molinos. ¿ Hay algo más absurdo que intentar solucionar lo que llaman crisis , alimentando y engordando aún más a los causantes ?. Premiándolos. ¡ Vaya parrafada que me ha salido !.

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  2. Estoy deseando leer más cosas tan interesantes como las que escibes. Un abrazo de tu sobrino Guillermo , uno de tantos.

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  3. Dr. Salvador Gutierrez9 de mayo de 2012, 9:20

    Bien explicado Gonzalo, salvo que Richard Broeringmeyer si propuso el uso de fuerzas magnéticas para corregir disfunciones de Ph en el organismo y tratar numerosas enfermedades, dando conferencias y cursos sobre este tema, pero de forma unipolar y aislada; es decir, si tenias una zona de acidosis en el hígado pues colocaba solo un iman con polaridad negativa que pudiera atraer el exceso de cargas positivas que hubiera en el Hígado. El GRAN DESCUBRIMIENTO del Dr. GOIZ fue el del "PAR BIOMAGNETICO" (las fuerzas magneticas siempre son usadas ambas simultaneamente (+ y -), y por otro lado la colocación del mismo polo al de la alteración existente , es decir, pondríamos el polo positivo en donde encontraramos una zona de acidosis y el negativo si encontramos una zona de alcalosis, con lo que se produce la repulsion y enfrentamiento de las cargas magneticas. Por cierto acabo de abrir pag. web sobre el tema , se llama "medicinaparbiomagnetico". Ya me daras tu opinion.
    Dr. Salvador Gutierrez (Vicepresidente de la A.E.B.M.)(Asociacion Española de Biomagnetismo Medico)

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    Respuestas
    1. Perfecto muchas gracias por elaporte.
      Me gustaría saber cuando se considera que se da un acortamiento ó alargamiento, a partir de 1mm., 1 cm.?

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    2. El acortamiento, cuando se produce, es evidente a la vista y a veces de dos o más centímetros. Un milimetro no sería considerado como acortamiento. Si hubiera dudas, para comprobarlo, se coloca el polo negativo en la primera posición del par y entonces se manifestará más claramente el acortamiento. En el caso de que no fuera preciso impactar ese par, no se verá ninguna variación.

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