domingo, 8 de mayo de 2011

Un mineral muy especial

No sé si a tí te gustaba tanto como a mí la asignatura de Ciencias Naturales. Era mi preferida por lo amena y colorista cuando hablaba de los animales, de las plantas, de los minerales y sobre todo de la anatomía y el funcionamiento del cuerpo humano. Teníamos un cura que ponía gran empeño en enseñarnos bien y además se veía que disfrutaba con ello. En aquella época, comienzo de los 60,  tuvo el valor de darnos, aunque no se contemplaba en el programa de la asignatura, una clase de sexualidad que nos vino de perillas porque estábamos entrando en la adolescencia con un conocimiento del tema que para algunos no iba más allá de la polinización o la cigüeña.

Todo lo referente a la alimentación me interesaba mucho. Quizá algo dentro de mí adelantaba que en ello iba a estar la forma de ganarme mi propio alimento. Las vitaminas, los minerales, las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas... Estos cinco grupos de nutrientes, junto con el agua y el aire que respiramos, engloban todo lo que se precisa para mantener la vida, aunque nunca venga mal un buen libro, una charla con amigos y la compañía de la persona que amamos.

De entre los minerales dos de los más importantes y conocidos son el calcio y el hierro. Ésto no lo olvidaremos porque de ello se encargaron nuestros padres al arrearnos bebistrajos asquerosos del primero e inyecciones dolorosas del segundo pretendiendo favorecer nuestro crecimiento y fortaleza. Otros menos conocidos son el magnesio, el zinc, el cobre, el manganeso, el selenio etc. De todos me dará tiempo de hablar pero hoy le va a tocar al zinc.

Este mineral, usado para construir tejados sobre los que acostumbraban a caminar las gatas en las película en blanco y negro, es el que interviene en mayor cantidad de procesos químicos en el organismo y sin embargo no es tan conocido como otros. No es facil de obtener de la dieta y por ello pueden presentarse déficits, pero es raro que se produzcan carencias. Para nuestra desgracia las ostras son muy ricas en zinc, muchísimo más que cualquier otro alimento, pero no todos los días podemos tomar ostras ¿no?

Tengo que aclarar lo de las carencias y los déficits y lo tendré que repetir más de una vez: Las carencias se producen cuando falta el aporte de un determinado nutriente, dando lugar a las enfermedades carenciales; cosa rara en nuestro entorno si excluimos la pobreza, la ignorancia o las estúpidas dietas milagro que se limitan machaconamente a un determinado alimento; por ejemplo, la sandía.

Los déficits se presentan con mayor frecuencia, aunque acostumbran a ser ignorados y despreciados por la mayoría de los médicos. Como existen las CDR, cantidades diarias recomentadas, los profesionales se agarran a estos datos para estimar o no la necesidad de un nutriente. Sin embargo, el punto de partida de las CDR es erróneo puesto que establece la cantidad mínima de aporte que evitaría que se produjera la enfermedad asociada a su carencia. Lo vamos a ver con un ejemplo: la CDR de la vitamina C es 60 mg/día, cantidad que evita la aparición de la enfermedad del escorbuto. Luego tomando esta pequeña dosis está todo resuelto ¿no? Pues, no. Es algo así como si te dijeran que tomando medio vaso de agua al día no vas a morir deshidratado. Conforme, pero se trata de vivir no de sobrevivir. Para un estado realmente saludable se precisan de seis o ocho vasos de agua al día y alrededor de dos gramos de vitamina C. Si eres fumador o estás enfermo más. Verás que supera treinta veces lo que indica la CDR.

Volviendo al zinc y terminando que esto se alarga. Este mineral es esencial para la piel y las mucosas, el pelo y las uñas, para el sistema inmune, para la formación de sustancias corporales como las enzimas y las hormonas, para la próstata (imprescindible), para la vista etc. Una relación interminable. Por eso se aconseja suplementar la dieta con cantidades que van de 20 a 50 mg/día. No debe excederse de 100 mg/día. De las presentaciones en forma de zinc quelado y picolinato de zinc se obtiene una mayor tasa de absorción. A cualquier edad el zinc representa un elemento importante a considerar pero en los mayores es esencial, en particular en los hombres que estamos amenazados de padecer de próstata. El líquido prostático es el humor corporal con mayor contenido en zinc. Siendo así se entiende que esta glándula pueda funcionar regular si le falta el aporte necesario. Cuanto mayores somos peor asimilamos, de ahí la necesidad de una dieta rica y suplementada en los nutrientes que precisamos.

1 comentario:

  1. Pues me has leido el pensamiento por que tenia pensado comprarte un bote de zinc. Tengo uno en casa que se me está terminando y lo compré para probar y la verdad que va bien,lo noto en el pelo y en la piel y además creo que es ligeramente afrodisiaco.
    Es sorprendente la cantidad de formas de zinc que existen,las que yo tengo son gluconato y solo tienen 15mg. Creo que voy a probar las Solgar,que ese marca me inspira confianza. Tambien iba a mirar de Soria Natural,pero creo que todas las hacen demasiado flojas de mg..

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