viernes, 22 de abril de 2011

Melatonina sí, melatonina no

Desde hace unos meses hemos vuelto a tener melatonina. A principios de 2010, la Sanidad Española, siempre velando por la salud patria, decidió prohibir la venta de esta sustancia en nuestro país. A los herbolarios llegaron en menos de 24 horas los inspectores sanitarios para hacer efectiva de inmediato la prohibición. Tuvimos que empaquetar y devolver a origen cientos de cajas de melatonina y sufrir de los medios de comunicación su habitual sermón admonitorio en lucha contra la maldad y los peligros de los productos dietéticos.

Para quienes no estén informados, comento que la melatonina es una hormona producida por nuestra glándula pineal y que se encarga de regular, entre otras cosas, las funciones de sueño-vigilia. Es por tanto una sustancia afín a nuestro organismo, no extraña. Pero además de ayudar a conciliar el sueño y combatir eficazmente el "jet lag", los trastornos del cambio de horario en viajes de larga duración, la melatonina es un potente antioxidante, con una lista larguísima de aplicaciones en diversas areas médicas tales como otorrinolaringología (tinnitus, acúfenos) y ginecología.

La melatonina se viene utilizando como complemento dietético, no como medicamento, en Estados Unidos y Europa desde hace más de 30 años. Aunque puede obtenerse de fuentes naturales, su síntesis es tan sencilla que prácticamente toda la melatonina que se comercializa es sintética, con las mismas propiedades y bondades de la natural.

Durante años se ha investigado esta hormona para llegar a conocer su comportamiento y determinar la dosis efectiva y la cantidad máxima segura. En este aspecto se constató que no es una sustancia peligrosa y, cuando se realizaron estudios en busca de posibles efectos adversos, se determinó que tales efectos no existían.

Era por tanto absurdo que en nuestro país se privara a la población del consumo de este suplemento dietético. ¿Qué razones había para ello? No se me ocurre otra que no sea que, en el año y poco que se estuvo comercializando libremente, descendiera la venta de somníferos y ansiolíticos de costo elevado, siendo la melatonina una solución muy económica para estos mismos problemas.

Trascurrido un año y poco más, Sanidad permite la venta de melatonina en dosis inferior a 2 mg por comprimido. Anteriormente las dosis eran de 3 y 5 miligramos y así se sigue vendiendo en toda Europa y América. Ah! y en Gibraltar, y en Andorra, y sobre todo, en Internet. Nuestra Sanidad no debe saber que es imposible poner puertas al campo y que hoy, con Internet, puedes comprar lo que quieras con todas las garantías y dificilmente lo van a impedir.


El hecho de limitar la dosis tampoco es efectivo para los intereses "sanitarios". ¿Qué me impide a mí tomarme dos o cuatro comprimidos de 1,9 miligramos, los que están permitidos, y llegar a 3,8 ó 7,6 mg de toma efectiva. Y si utilizo gotas, si cada 5 gotas son 2 mg, con poner las precisas obtengo la dosis que me plazca.


Con esta actitud protectora de Sanidad contrasta la permisividad de venta en el país de medicamentos con tal cantidad de efectos secundarios que basta leer el prospecto para caer muerto. Algunos de éstos incluso han sido retirados de la venta en otros países después de comprobarse que han producido ¡cientos de muertes! Otros como las famosas estatinas para el colesterol están encumbradas en los altares cuando existen infinidad de evidencias de su toxicidad.


Afortunadamente volvemos a disponer de melatonina, descafeinada en su dosis por voluntad de nuestros ángeles de la salud, pero a eso estamos acostumbrados y como somos un país de borregos donde todo es aceptado sin chistar, seguiremos tolerando la tutela de nuestras autoridades Sanitarias. Para ellos somos menores de edad y además tontos de baba. ¿No será que quienes mueven los hilos de la sanidad están comprados y pagados por la poderosa industria farmacéutica? ¿Te lo crees o somos tontos de baba?

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